“Porque solo en el Dojo puedo ser yo, porque solo ahí los golpes se dan con amor y no con odio. Porque ahí no necesito una mascara, soy lo que soy… y nada más.”
En la búsqueda de mi mismo, he encontrado que tengo un espíritu muy escurridizo, me encuentro y me pierdo constantemente…
He estado en muchos sitios, sintiéndome parte de ellos, y equivocándome…
He estado en varias relaciones creyendo que será la indicada, y no es así.
Sin embargo, hay una cosa, de las pocas en mi vida, a la que no renunciaré tan fácilmente, algo de lo que me alejo de repente, sin embargo regreso con más ánimos. Las artes marciales.
Se han vuelto parte de mi vida, parte de mi filosofía.
Entre otras cosas, me he dado cuenta de que aunque soy un partidario de la verdad, a veces miento para no hacerme vulnerable; escondo tras una mascara de sarcasmo y humor negro mi verdadera opinión. Pero no es así cuando estoy en el dojo…
Cuando entreno, no existe nada más, ni verdad ni mentira, solo lo que realmente es… sin colores ni matices, todo es claro para mi… solo cuando entreno, entre sudor y cansancio, se quien soy, ni más ni menos.
Solo ahí, me siento como en casa… a veces, mejor que en casa.
Y como si de una religión se tratase, invito a los demás a compartir conmigo esa sensación, de estar vivo, no solo de respirar, de sentir y no pensar… de disfrutar, pese a que las apariencias dicten o sugieran lo contrario.
Más de una vez he llegado enojado, y mi enojo se queda ahí, con cada gota de sudor me despojo de mis penas, de mis problemas, mi ira…
Solo en el dojo me alejo de lo que soy, para acercarme lentamente a lo que siempre debí ser.
“Porque solo en el Dojo puedo ser yo, porque solo ahí los golpes se dan con amor y no con odio. Porque ahí no necesito una mascara, soy lo que soy… y nada más.”
By Sanek Di Nerrot