En el dojo como en la vida, hay derechos que conllevan una obligación…
Tengo derecho a caerme cuando mis pies flaqueen; y la obligación de levantarme siempre… aunque sienta que no tengo fuerzas.
Tengo derecho a ser vencido por un oponente mejor que yo; y la obligación de vencer mi miedo y superarme a mi mismo día con día.
Tengo derecho a tener dudas; y la obligación de preguntar para no ser un ignorante.
Tengo derecho a fallar porque no soy perfecto; y la obligación de analizarme, encontrar mi error, reconocerlo, disculparme, enmendarlo y evitar que suceda de nuevo.
Tengo derecho a sentirme débil; y la obligación de no rendirme.
Tengo derecho a descansar de vez en cuando; y la obligación de regresar con más ánimos.
¿Aún crees que tu arte marcial no se puede aplicar a tu vida?
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